Mackenzie. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Sabía lo que estaba haciendo el Vader bombero, creo que yo hubiera hecho lo mismo si él no se me hubiera adelantado antes, así que decidí seguirle el juego, quizás si nuestras madres nos veían intentado matarnos el uno al otro, se replegarían en esa idea que vi brillar en los ojos de mi madre, y que, aunque no lo dijo, lo pensaba claramente. Llevo años esquivando los planes casamenteros de mi madre, me había hecho una experta en identificar esa sonrisita de satisfacción, y ese brillo en sus ojos verdes que dicen claramente “quiero ser la suegra de este hombre, y tener muchos nietos, como él”. Así que por mucho que quisiera disimular, Céline O ´Sullivan, tenía intenciones muy claras, que yo veía, aparte de, gravemente, faltas de lógica, eran muy peligrosas. Que el Vader bombero y yo estuviéramos a punto de sacar los puñales, al puro estilo de la serie Game of Thrones, para apuñalarnos el uno
Mackenzie. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Descubrí que la madre de Brandon, la señora Kiara, fue la que se habia enamorado en primer lugar del padre de Vader, y lo había perseguido hasta que este se rindió a la rica heredera neoyorquina, cuando los padres de esta, rechazaron al hombre que amaba, Kiara dejó todo atrás, para seguir al hombre que amaba, y hasta día de hoy no se ha arrepentido de su decisión, a pesar de que la familia de la señora Hernández ha intentado, muchas veces, contactar con ella, para que cambie de opinión, o que al menos, les diera su hijo varón, Brandon, que tras abandonar a su parte mexicana, se convertiría en el heredero de toda su fortuna, cosa que le bombero rechazó de primera, desde que oyó a los abogados los padres de Kiara proponérselo a su madre, cuando él tenía dieciséis años, luego el Vader adolescente los expulsó de su casa. Cuando supe esta historia tengo que decir que admiré al Bombero, ser fiel a sus
Brandon. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Supe en el momento exacto en que había metido la pata, por la mirada de advertencia de la Lunática, había visto tantas veces esos ojos amenazándome, y advirtiéndome con la mirada de las diferentes muertes que encantaría hacerme si pudiera, con tortura incluida, que esa mirada de advertencia que gritaba claramente “que has hecho, estúpido, cierra la bocaza”, era más nítida que el agua que corre por un manantial de montaña. Hasta mis hombres que estaban cerca, sin perderse le espectáculo, captaron esa mirada, y también la del padre de la Lunática, el señor O ´Sullivan, que, aunque algo nervioso, desde luego estaba mucho más controlado que la de su hija. Como siempre, el estúpido de Gordon, el benjamín, y más indiscreto de mis hombres, aunque no el con menos experiencia, tras oir la palabras preocupantes y sentenciantes, que no presagiaba nada bueno de la señora O ´Sullivan, cuando todos estáb
Mackenzie. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Tras un suspiro mi padre miró a mi madre, a la mujer que amaba con locura, y supe que iba a ceder, pero no esperé que lo que dijera, por un segundo, dejo a todos callados, incluido al Vader, que me miró con tensión y algo de sorpresa. - “La policía ha descubierto un compló para deshacerse de nuestra hija, sospechan que el móvil es eliminarla para poder quedarse con la empresa.”- miré a mi madre preocupada por su reacción, y no se me pasó desapercibido todas las emociones que atravesó su cara, que iban desde la incredulidad más absoluta, atravesando por el miedo, para finalmente encender algo furia, entremezclado con el miedo y la preocupación. Justo en ese momento el señor Hernández miró a su mujer y su hijo, y les hizo una señal como, para avisarles que esto no iba con ellos, que esto era muy privado y que debían abandonar el despacho para dejaran solos y que habla ramos tranquilos, v
Brandon. Boston, 2024, Parque de bomberos del distrito doce. Cuando abrí los ojos esa mañana ya oía a mis compañeros circulando por el pasillo que daba a los dormitorios, en la zona de descanso del parque. Unos ligeros ronquidos a mi lado, en la cama individual que estaba en el otro lado de la habitación reservada a los jefes de equipo, me confirmaron que Levín, el jefe Allen, había llegado tarde de la intervención que había tenido la noche anterior. La verdad era que no tenía que haberme incorporado al turno hasta el mediodía de hoy, pero después de lo sucedido ayer, con la madre de la Lunática, y, sobre todo, de lo que me enteré, que tenía que ver con el intento de alguien de eliminar a la CEO, cosa que por otra parte no debía de sorprenderme, hasta a mí, en ocasiones, me apetecía estrangularla, pero por razones diferentes, no simplemente por poder o dinero. Pero lo peor de todo, lo que más me afectó, y me hizo huir de la fiesta de celebración del cumpleaño
Brandon. Boston, 2024, Parque de bomberos del distrito doce. Cuando abrí los ojos esa mañana ya oía a mis compañeros circulando por el pasillo que daba a los dormitorios, en la zona de descanso del parque. Unos ligeros ronquidos a mi lado, en la cama individual que estaba en el otro lado de la habitación reservada a los jefes de equipo, me confirmaron que Levín, el jefe Allen, había llegado tarde de la intervención que había tenido la noche anterior. La verdad era que no tenía que haberme incorporado al turno hasta el mediodía de hoy, pero después de lo sucedido ayer, con la madre de la Lunática, y, sobre todo, de lo que me enteré, que tenía que ver con el intento de alguien de eliminar a la CEO, cosa que por otra parte no debía de sorprenderme, hasta a mí, en ocasiones, me apetecía estrangularla, pero por razones diferentes, no simplemente por poder o dinero. Pero lo peor de todo, lo que más me afectó, y me hizo huir de la fiesta de celebración del cumpleaño
Brandon. Boston, 2024, Parque de bomberos del distrito doce. - “¿Lunática? ¿Quién es Lunática? … ¿No me digas que llamas así a Mackenzie? ¿Verdad?”- mi silencio lo dijo todo- “Pero ¿se pude saber que hiciste con la educación que te he di? ¿Cómo es que has terminado siendo tan grose…?”- la interrumpí. - “No es un insulto, mamá, ese su maldito estado mental, esa mujer esta como una puta cabra, no es normal. ¿A quién se le ocurre quedarse para recoger unos papeles, en medio de un incendio, o a discutir con tu rescatador cuando te va a salvar? Definitivamente no está bien del coco, y yo no tengo culpa de que tú no lo quieras ver.”- le dije pensando que, con esa explicación, mi madre razonaría que, esa loca CEO, no era la mejor opción para sus pretensiones casamenteras. Pero claro para eso mi madre tendría que estar entre la categoría de mujeres razonables y lógicas, y eso justo eso es lo que no es mi madre, Kiara Hernández es un ser de instintos, momentos, y tambi
Mackenzie. Boston, 2024, Charlestown Mansión del O ´Sullivan. Tras la fiesta en casa de los Hernández, durante todo el trayecto a la mansión de mis padres, mi madre permaneció en silencio, seria, eludiendo mirarnos, y eso en ella, y para su familia, que la conocíamos, era un mal presagio. Tanto mi padre, como yo, preferíamos que mi madre estallara, con fuegos artificiales, bombas lacrimógenas, gas pimienta, y cañones de agua, todo el kit completo, esa era la única manera que tenía de calmarse, tras el brusco estallido, y quizás así, alguno de nosotros podríamos sobrevivir. sin grandes daños, tras el huracán Céline. Pero ese silencio implicaba que el resentimiento y la ira estaba siendo guardada, acumulada, y conservada en el interior, poco a poco, y de manera muy intensa, sin válvula de escape, y eso, por la forma de ser de mi madre, era muy peligroso, ya que, necesariamente, aumentaba la presión, como si ella fuera una olla exprés, y cuando esa presión fuera expulsada al exter